Los mensajes automatizados —carritos de la compra abandonados, felicitaciones de cumpleaños y campañas por goteo— ayudan a rentabilizar más los programas de correo electrónico de difusión general.
Lógicamente, antes de lanzar el programa es necesario realizar ciertas tareas preparatorias. Algunas son muy evidentes, como integrar tecnologías y datos, reunir el presupuesto y convencer a la dirección.
La cuestión es que, cuando uno pasa de enviar manualmente tres o cuatro mensajes semanales a enviar 10, 20, 30, 40 o más mensajes automáticos diarios, también tiene que adaptar el flujo de trabajo y la gestión de los contenidos.